Fue abandonado durante la administración de Juan Bautista Sacasa. Fue habilitado posteriormente como prisión durante el periodo Presidencial de Anastasio Somoza Debayle. Posee muros anchos en talud con canales en la parte superior que se utilizan como trincheras.
Los muros originales se hicieron de piedra rellenas con barro y se reconstruyeron posteriormente con morteros de cemento: las ampliaciones se hicieron utilizando materiales actuales, principalmente el concreto reforzado en cubiertas y columnas y bloques de concreto en los cerramientos de los anexos exteriores.
Colocaban a la víctima con los pies juntos, las manos atada a la espalda, a unos dos metros de distancia de la pared y le obligaban a poner la cabeza sobre la pared, sosteniendo por varias horas el peso del cuerpo sobre la cabeza.
Le limaban los dientes a la víctima con una lima metálica.
El fortín fue construido para la defensa de la ciudad, en la cima del cerro de Acosasco, de planta rectangular que forma una punta de lanza, sencilla.
Posee muros anchos en talud con canales en la parte superior que se utilizan como trincheras. en él se observa, por un lado documentación sobre la funesta historia del penal, y por otro, se exaltan valores afirmativos de la cultura leonesa y nacional, como son los mitos, leyendas y tradiciones de león.
Una vez que la víctima había tragado el botón y no aguantaba ingerir mas liquido, el torturador halaba del hilo para sacar el botón, causando con ello indescriptibles dolores y profuso sangrados a causa de los desgarramientos de tubo digestivo de la víctima. Algunos de ellos viven actualmente en Nicaragua.