El Obispo José Antonio de la Huerta y Caso le anexó la capilla del sagrario con sus piezas de la sacristía y la pila bautismal. Su planta es rectangular, según el tipo generalizado en las catedrales del siglo XVIII, tiene cinco naves con diez tramos abovedados.

Hay que valorar sus piezas de orfebrería e imaginaria de influencia barroca, rococó y renacentista. Su construcción comenzó en 1698, el tiempo del corregidor Diego Rodríguez Menéndez, que murió en 1703 y tubo como sucesor a su sobrino Bartolomé González Fitoria.

En 1844, con motivo de la invasión del militar Salvadoreño Francisco Malespín, su cúpula de media naranja que coronaba la torre fue destruida.

El espacio exterior lo forma un atrio delimitado por cestería fortificada y muro al venado en puntas, perimetrales, interrumpidas por los accesos laterales y eliminados en la parte frontal que da a la plaza del poniente.

Su construcción es a partir de piedra cantera. El cielo raso es de madera en todo su interior, excepto en la capilla

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