El Presidente Pierce encontró razones para no intervenir en el asunto, no sin ratificar interés de su país en mantener abierto el tránsito interoceánico.
Surge la desconfianza entre Walker y el Presidente Rivas, quien es depuesto por Walker, nombrando en su lugar como Presidente Provisional a Martín Ferrer, con instrucciones de convocar a elecciones.
Walker ganó la elección y asumió el en Julio de 1856. Walker declaró el inglés idioma oficial, estableció la esclavitud, requisó las haciendas de los opositores y ofreció venderlas para financiar la guerra.
Cuando sus propósitos de conquistar países vecinos fueron públicamente revelados, todos los pueblos de Centro América se levantaron en armas.
La lucha fue dura porque los hombres de Walker tenían armas modernas y estaban bien adiestrados.
Por fin fue sitiado en la Ciudad de Rivas donde capituló el 1 mayo de 1857; Walker y sus secuaces fueron expulsados del país.
A pesar de la palabra dada Walker organizó enseguida una nueva expedición y con ayuda de los filibusteros instalados en las Islas de la Bahía, se apoderaron de Puerto Trujillo.
Pero poco después fue apresado por el Comandante de un barco inglés, quien lo entregó al Gobierno de Honduras.
Condenado a muerte, fue fusilado en Trujillo, en septiembre de 1860.
MÁS PROBLEMAS
La paz volvió al país, aunque las luchas e intrigas en torno del poder continuaron con excepción del período 1893-1909, durante el cual el General José Santos Zelaya, quien supo conservar el mando e imponer el orden.
Bajo su férrea voluntad se mejoraron mucho las vías de comunicación y se dio gran impulso al país.
Los ingleses perdieron interés por Nicaragua, como vía de penetración en Centro América, al ser reincorporada la Costa Atlántica a la soberanía nacional.
No así los norteamericanos que empezaron a establecer grandes plantaciones en tierra cuya concesión les había sido otorgada por Zelaya.