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Por mucho tiempo ha tenido la marca de ser la oveja negra de Centroamérica, Nicaragua está trabajando duro para borrar su reputación con recuerdos de la década de1980, asolado por la guerra, donde es mas probable que tropiece con los gringos de “Kalashnikov-toting” y campesinos que con un confortable hotel.

El punto central de la campaña es que este pueblo de pescadores sea convertido en un refugio para los amantes del surf y para los intrépidos viajeros en busca del “siguiente gran lugar”.

Hoy en día, Nicaragua es bordeado de palmeras, restaurantes donde se sirven “Jimmy Buffetts”, excelentes comidas a base de papa y donde con $ 1 se compra una buena cerveza, impulsados por suaves rones, hechos por nicaragüenses, siendo el mas popular el “Flor de Caña”.

A dos cuadras de “La Posada Azul”, en el pacífico, donde se puede recibir un buen desayuno en la cama, encontramos este hostal de propiedad de los expatriados de Santa Fe, y donde los invitados se deleitan en la piscina y contemplan una cena en el nuevo restaurante en las colinas de los alrededores. En el garaje en la calle de La Posada Azul, se logra mejorar el humor.

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