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La Gigantona ( Parte I )

La gigantona es una especie de muñeca de aproximadamente 3 metros de altura, es una representación de la mujer española (que llego al continente americano y a Nicaragua en los siglos XV y XVI con la colonización), ataviada con vestidos coloridos y joyas diseñadas especialmente para ellas.

Para fabricar una gigantona primero se arma el esqueleto de madera, en la parte donde va la falda se ensanchece y es por donde se mete un joven que es el que la maniobra, se diseñan los trajes que ella usara y se viste elegantemente, su rostro es el de una mujer bonita y su pelo generalmente rubio, deja caer caprichosas trenzas sobre sus hombros, a su par camina incansablemente un muñeco de baja estatura y con una cabeza enorme de cartón (a este muñeco se le da el nombre de enano cabezón), pues este enano camina siempre acompañando a la gigantona y alegremente va recitando sus mejores coplas (poemas pequeños) alusivos al amor y a los temas sociales que abordan al país, porque eso si aunque el enano cabezón es muy enamorado, también se ocupa por la situación social de sus compatriotas.

En Nicaragua, tanto la gigantona como el enano cabezón son muy famosos y se les puede ver por las calles de las diferentes ciudades del país: en Managua, Granada, Jinotepe, León, Chinandega, Masaya, Matagalpa, Esteli, Rivas etc., estos personajes son creados y maniobrados generalmente por niños y jóvenes que ponen en ellos su mas fina inspiración creativa, y junto a ellos van otros chicos, tocando diferentes instrumentos musicales (tambores, maracas, liras), y la gigantona y el enano cabezón bailan alegremente al ritmo de estos instrumentos.

En la ciudad de León, que es la ciudad en donde esta tradición es mas notoria todos los 8 de diciembre hay una competición nacional de las mejores gigantonas, pero durante todo el año y principalmente los fines de semana se puede ver a diferentes grupos de jóvenes y niños con sus alegres gigantonas y enanos alegrando las coloniales y pintorescas calles de la ciudad, se paran en cada esquina o donde haya conglomeración de personas, hacen su rutina y un niño pasa con un sombrero de paja en su mano recaudando dinero por el espectáculo dado, es una forma real, necesaria y digna de ganarse el pan de cada día, en un país en donde los políticos despedazan los sueños y arremeten con todo lo que pueden… salir ilesos cada día es un reto constante.

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