Los pueblos indígenas, cuyas tierras tradicionales son los depositarios de gran parte del resto del mundo los valiosos recursos naturales, se enfrentan hoy nuevas amenazas para su supervivencia.
Hambrientos de recursos económicos, impulsado por la liberalización del comercio transnacional, los destinatarios de los territorios indígenas, a menudo con impunidad y con la ayuda de todos-también compatible con los gobiernos.
Para los pueblos indígenas, el problema no es tanto que los grandes inversores y la industria están dirigidas a sus tierras y recursos, pero estas fuerzas económicas que lo hacen sin la debida consideración por la presencia indígena.
Cuando se enfrentan con el gobierno que autorizó la tala en sus tierras tradicionales, sin haber aceptado los términos de la tala o beneficios garantizados de la misma, los dirigentes Awas Tingni decidieron adoptar una postura.
Tras su llamamiento a los funcionarios del gobierno y el sistema judicial nicaragüense, la respuesta fue inaudita, que tuvo su caso en la protección de los derechos humanos por las instituciones están vinculadas a la Organización de Estados Americanos, el organismo en el hemisferio y los pactos ínter-gubernamentales.
El caso finalmente hizo su camino a la Corte Interamericana de Derechos Humanos, aunque el camino fue tortuoso.